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16-06-2019 | Viñas y Lagares | 0 Comentarios

Viña La Blanquita, la fuerza de la tierra

En Viña Blanquita se palpa la relación directa entre tierra, cepas, clima y vino. El hijo de Curro Barba, Currito, nos enseñó la viña.  La sequía ha retrasado el crecimiento de las viñas como hace tiempo que no se veía. Asombra que las plantas sigan haciendo crecer sus frutos a pesar de la sequedad y de las temperaturas. La tierra hace el vino, insistió Currito. Las tierras albarizas del Pago de Balbaina son parte del milagro y de la calidad de estos vinos; su posición en altura asegura los frescos vientos de poniente, tan nutricios para la crianza biológica.

Los vinos de La Blanquita rezuman frescor, naturalidad, finura. Curro padre y Curro hijo son parte de generaciones de trabajadores de la viña. Atesoran un conocimiento dilatado que corre el peligro de perderse; conocimiento y experiencia envueltos en tesón y tenacidad, como en simbiosis con las albarizas y las cepas que rodean la casa. Fue un placer conocerlo, probar sus vinos y sentir la fuerza de la tierra.

 

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